miércoles, 20 de abril de 2011

El ecosistema artificial de nuestra sociedad

La primera de las características que podemos atribuir a esta nueva sociedad es la inmersión en un ecosistema artificial.

Es importante diferenciar entre la existencia de un ecosistema natural y un ecosistema artificial. El ecosistema natural es el que se ha formado por obra de la evolución de la naturaleza y en el que existe un equilibrio, el cual sólo se ve alterado por catástrofes naturales o por obra del ser humano. Por otro lado, el ecosistema artificial se crea desde que el hombre inventó la primera herramienta y podemos definirlos como ecosistemas creados o intervenidos por el ser humano.

En la actualidad el ser humano da muy poca importancia al ecosistema natural el cual se concentraba toda la atención en sociedades anteriores a la nuestra. Con la llegada de la sociedad tecnológica la creación de objetos artificiales se ha multiplicado enormemente creando un ecosistema artificial muy denso y conviertiendo a éste en una de las características esenciales de la sociedad actual.

Los artefactos que el ser humano crea para el ecosistema artificial sirven para amplificar una función natural del ser humano y además se interrelacionan entre sí para poder realizar dicha función.

Además hasta la llegada de la sociedad tecnológica el ser humano renovaba las artefactos que se iban estropeando, no creando uno nuevo sino tal como eran los anteriores, pero en la actualidad con la presencia del homo faber los artefactos no sufren la renovación sino la innovación y por tanto se quedan obsoletos.

Pero lo más llamativo es el hecho de que al quedarse obsoletos, y por tanto en desuso, el ser humano que los posee debe deshacerse de ellos. Por tanto, si el ecosistema artificial en el que nos encontramos no fuera tan denso la innovación en los artefactos no sería tan rápida y el problema de obsolescencia no estaría tan marcado en la sociedad tecnológica.

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