Spanish revolution

Un nuevo acontecimiento de la Historia del Tiempo Presente que merece ser resaltado y que nos plantea la obsolescencia del sistema político que tenemos hoy en día.

¿Necesitamos la tecnología?

En la sociedad actual la tecnología constituye un pilar básico para la misma. Pero plantea un problema, la tecnología intensifica las desigualdades sociales que ya se habían creado en la sociedad industrial. Con la aparición de la tecnología las desigualdades crecen sobre todo si tenemos en cuenta a países del tercer mundo, mientras nosotros estamos en permanente contacto con la información a través de móviles, ordenadores, televisores... en otros lugares no cuentan con un acceso a internet que les permita llegar a esa información tan preciada.

Sin embargo, nos encontramos ante una aparente contradicción relacionada con la tecnología conformadora de la sociedad actual. El mundo actual no se puede cambiar sin tener en cuenta la tecnología, ésta crea desigualdades sociales muy pronunciadas pero a la vez se cree necesaria para producir un cambio. Los valores, ideologías, etc. en perfecta combinación con la tecnología puede provocar una revolución en los mismos y en la mentalidad de los individuos. La tecnología nos lleva a insistir en el desafio de utilizarlo como método para provocar un cambio.

Sociedad de la información vs. Sociedad del conocimiento

Información y Conocimiento

La tecnología conforma la sociedad actual y la influye provocandola crisis, es decir, la necesidad y riesgos del cambio a los que se enfrenta el ser humano. La sociedad actual está cambiando permanentemente de una forma no acumulativa, para que se produzcan los cambios previamente debemos desprendernos de lo que tenemos para adquirir lo nuevo lo que lleva al ser humano a un situación de incertidumbre que le provoca una crisis.

La sociedad tecnológica ha transformado la sociedad convirtiéndola en una sociedad de conocimiento basada en una forma distinta de instalarse el ser humano en el mundo. Podemos destacar tres modelos de instalarse la humanidad a lo largo de la historia.

El primer modelo está basado en el territorio, el ser humano debía convertir el espacio en territorio poblándolo y transformándolo.

El segundo modelo viene determinado por la revolución industrial, el ser humano deja de lado el territorio y pasa a transformar la energía en producto. La maquinaria que se creó a raiz de esta revolución se convierte en el centro entre la energía y el producto.

El tercer modelo, el actual, está basado en que el ser humano convierte la información en conocimiento. La gran necesidad de la sociedad actual es convertir la información en conocimiento para que pueda ser útil. La gran diferencia con los modelos anteriores, es que la información no está localizada como el territorio y la energía, por tanto se deben localizar los datos y abstraerlos para convertirlos en conocimiento.

Ahora bien, en la sociedad actual convertir la información en concimiento es todo un reto. Nos encontramos ante un “exceso de información”, se nos proporciona más información de la que podemos abstraer y se produce un desequilibrio entre la información adquirida y la procesada.    

La obsolescencia

La obsolescencia se define como la caída en desuso de cualquier objeto provocada no por el mal funcionamiento del mismo, sino porque aparecen objetos más innovadores y los obsoletos no son eficientes en sus funciones.

Este proceso de obsolescencia le podemos observar en las herramientas que están en contacto y que afectan a la sociedad actual. Por tanto, debemos apuntar la obsolescencia como una característica más de la Sociedad Tecnológica. 

La obsolescencia provoca diferentes reacciones en los objetos que quedan afectados por ella. Una reacción es que el objeto obsoleto desaparece porque no ha sabido potenciar otras capacidades y la otra es que el objeto obsoleto reacciona, desarrolla otras potencialidades y se convierte en objeto de lujo.

La obsolescencia persigue y entra a fomar parte de la vida de los ciudadanos afectando a los objetos que le rodean y obligando a éstos a consumir constantemente. Y los ciudadanos contando con la capacidad tecnológica para desarrollar productos duraderos, y por tanto no participar activamente en el consumismo, prefieren tener la necesidad de adaptar los objetos que le rodean a los cambios tecnológicos.

Ante esta realidad que forma parte de la rutina los seres humanos debemos mirar la obsolescencia de los objetos como un retraso para nuestra sociedad que innova y evoluciona a pasas agiagantados.

El proyecto Venus

El proyecto Venus fue creado sobre el año 1975 por Jacque Fresco y Roxane Meadows. Se trata de una organización que opera en un Centro de Investigaión situado en Venus, Florida. Este proyecto propone un plan de acción viable basado en utilizar nuestra tecnología y nuestros recursos de una forma positiva, buscando el mayor beneficio del ser humano y del planeta. Jacque y Roxanne descubrieron con este proyecto la abundancia de recursos a disponibilidad del ser humano que haría disminuir la tendencia a la individualización, la avaricia y la corrupción. De esta forma el ser humano estaría más dispuesto a la ayuda mutua. Los creadores del proyecto creen que es fundamental para el buen funcionamiento del proyecto la eliminación total del sistema monetario mundial actual y la incorporación de un nuevo sistema basado en recursos.

De este nuevo proyecto cabe destacar algunos de sus principios u objetivos

• Defiende una visión alternativa de una nueva civilización mundial sostenible, distinta a todo sistema social anterior. 
• Propone un nuevo enfoque dedicado a intereses humanos y medioambientales.
• Hace un llamamiento para el rediseño de una cultura, en el cual los viejos problemas como la guerra, la pobreza, el hambre, la deuda, la degradación medioambiental y el sufrimiento sean inaceptables.
• Uno de los principios básiscos es que trabajemos para que todos los recursos de la Tierra sean el patrimonio de toda la población mundial.

Pero, ¿véis el proyecto como algo factible o como una simple utopía? ¿creéis que todo el planeta estaría dispuesto a llevar a cabo este proyecto? Aun sabiendo que podemos aprovechar todos los recursos que tenemos para que la humanidad entera tenga las mismas posibilidades de acceder a una vida digna, ¿serían algunas personas capaces de renunciar al poder y a la abundancia de bienes materiales para ayudar a los demás?

Si queréis conocer más información sobre el Proyecto Venus pinchad aquí.

El ecosistema artificial de nuestra sociedad

La primera de las características que podemos atribuir a esta nueva sociedad es la inmersión en un ecosistema artificial.

Es importante diferenciar entre la existencia de un ecosistema natural y un ecosistema artificial. El ecosistema natural es el que se ha formado por obra de la evolución de la naturaleza y en el que existe un equilibrio, el cual sólo se ve alterado por catástrofes naturales o por obra del ser humano. Por otro lado, el ecosistema artificial se crea desde que el hombre inventó la primera herramienta y podemos definirlos como ecosistemas creados o intervenidos por el ser humano.

En la actualidad el ser humano da muy poca importancia al ecosistema natural el cual se concentraba toda la atención en sociedades anteriores a la nuestra. Con la llegada de la sociedad tecnológica la creación de objetos artificiales se ha multiplicado enormemente creando un ecosistema artificial muy denso y conviertiendo a éste en una de las características esenciales de la sociedad actual.

Los artefactos que el ser humano crea para el ecosistema artificial sirven para amplificar una función natural del ser humano y además se interrelacionan entre sí para poder realizar dicha función.

Además hasta la llegada de la sociedad tecnológica el ser humano renovaba las artefactos que se iban estropeando, no creando uno nuevo sino tal como eran los anteriores, pero en la actualidad con la presencia del homo faber los artefactos no sufren la renovación sino la innovación y por tanto se quedan obsoletos.

Pero lo más llamativo es el hecho de que al quedarse obsoletos, y por tanto en desuso, el ser humano que los posee debe deshacerse de ellos. Por tanto, si el ecosistema artificial en el que nos encontramos no fuera tan denso la innovación en los artefactos no sería tan rápida y el problema de obsolescencia no estaría tan marcado en la sociedad tecnológica.